Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://stevegfhg890818.articlesblogger.com/60925090/qué-habría-pasado-sin-el-cabezazo-de-zidane